Dicen que quien se fue sin ser echado, volverá sin ser llamado.
Y yo me lo creo, porque lo he visto.
Tal vez ese regreso sea para bien y nos alegremos. Pero, muy posiblemente, ese regreso inesperado pueda llevarnos a una noche oscura del alma. En esos momentos, debemos ser conscientes de que volver no es volver. Y es que la vida, como decía Agatha Christie, es una carretera de sentido único.
Nunca regresamos.
Dice Chopin que “Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es”
Hay algo a lo que solemos oponer mucha resistencia: los cambios. Nos cuesta aceptar que las cosas cambian, especialmente si eran buenas. Nos cuesta tanto que, a veces, nos quedamos anclados en un tiempo que ya no es. Ni será.
Pero cada tiempo tiene su grandeza. Siempre, sin excepción. Cada tiempo es una oportunidad única para avanzar y crecer. Nos guste o no, todo cambia y anclarnos a lo que fue nos impide disfrutar de lo que es ahora.
Creo que no hay nada más importante como un pacto de salvación. Una mano a la que acudir cuando nos damos cuenta de que todos nuestros botes salvavidas están hundidos. Haz tu pacto de salvación… aunque sea contigo mismo.