“Aquél que se engrandece a sí mismo en esta vida se empequeñece a sí mismo en la vida siguiente, y aquél que se empequeñece a sí mismo en esta vida se engrandece a sí mismo en la siguiente"”.
En otras palabras, cuando nos entregamos a nuestros deseos egoístas y nos concentramos únicamente en el mundo físico, podemos recibir la gratificación que buscamos, pero ésta será fugaz. Nuestra satisfacción será breve, nos volverá más hambrientos y menos satisfechos.
Por el contrario, la transformación...
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