La mayoría de la gente está familiarizada con el dicho “La depresión es enojo dirigido hacia adentro”. En mi opinión, éste es un enunciado demasiado simplificado. Muchos factores pueden entrar en juego en el desarrollo de la depresión. Sin embargo, el enojo sin resolver siempre debería explorarse cuando un cliente se presenta con depresión. Antes de hablar de cómo colapsar el enojo que puede estar asociado con la depresión, primero examinemos clínicamente qué es el enojo. En sus raíces, el enojo es una reacción emocional y fisiológica a una de tres cosas:
1) Dolor - El enojo es una respuesta defensiva a una herida emocional o física.
2) Miedo - El enojo es una respuesta protectora para evitar una herida emocional o físicamente.
3) Frustración - El enojo es una reacción al sentirse decepcionado o derrotado por ser incapaz de alcanzar los propios propósitos u objetivos, o cuando las expectativas no se hacen realidad.
Si miramos los signos fisiológicos del enojo - aumento del ritmo cardíaco, sudoración, mandíbula o puños apretados, molestia en el estómago- reconocemos que éstos son también signos de la respuesta de lucha o huída. En pocas palabras, el enojo es una señal que nos dice que algo en nuestro entorno no está bien. Puede motivarnos a tomar acción para corregir esa cosa incorrecta, o puede protegernos de sentir dolor o miedo al enfocar la atención en la o las personas que nos hirieron o nos están amenazando. El enojo también puede ocultar la realidad de encontrarnos en una situación aterradora que nos hace sentir vulnerables.
La depresión, relacionada con el enojo, generalmente se establece una vez que una persona deja de luchar contra un problema y pierde la energía del enojo. Esto crea los sentimientos de desesperanza e impotencia, dos puntos de referencia de la depresión.
El enojo no es bien tolerado en la mayoría de las sociedades civilizadas. La tradición Judea-cristiana conceptualiza la ira como un pecado. Nunca he escuchado a un niño contestar “bueno o ni uno ni lo otro” a la pregunta, “¿Es el enojo bueno o malo?” Las niñas son especialmente condicionadas culturalmente para suprimir su enojo. A menudo se escucha a los adultos decirles a los niños, “No te enojes”. Raramente estos niños son guiados hacia qué se puede hacer con la energía que surge desde la respuesta del enojo.
Me suena intuitivamente lógico que tantas personas que están experimentando depresión a menudo no sepan que están enojados. Literalmente se les ha enseñado a mentirse a sí mismos acerca de lo que están experimentando. Por supuesto, el enojo no se va por negar su presencia. Sólo permanece tapado (reprimido). Esto puede hacer que llegar a la raíz del enojo exija un poco de esfuerzo.
1) ¿Cómo sabes que estás deprimido? ¿Cómo te lo señala tu cuerpo? ¿Dónde lo sientes?
2) Si fueras a pintar un cuadro para ilustrar esta sensación en tu cuerpo, ¿cómo se vería el cuadro? Cierra tus ojos y mira el cuadro en tu mente. ¿Ocupa todo el lienzo o es muy compacto? ¿Qué forma/s o símbolo asume? ¿Qué colores se usan? ¿Puedes ver a través de las pinceladas, o son espesas con pintura?
3) ¿Qué emoción representa ese cuadro? Sólo adivina, la primera cosa que te venga a la mente.
Puede ser que el enojo no sea la emoción que se identifique primero. El depresivo es más que probable que identifique la tristeza. A menudo es más seguro sentir tristeza que enojo. Cualquiera que sea la emoción a la que el cliente está accediendo, yo la acompaño. Por ejemplo: “Aunque siento esta tristeza espesa, roja, aguda, me acepto y amo profunda y completamente.”
Después de unas pocas rondas de tapping, (EFT) uno se sintoniza con su cuerpo nuevamente.
La depresión puede tener múltiples capas, y muchos aspectos. El dolor físico, vergüenza, trauma, abuso y pérdida pueden contribuir a los síntomas de la depresión y estas condiciones deberían ser exploradas y evaluadas. Tratar la depresión con EFT no va a ser “la maravilla de un minuto” pero con tenacidad y habilidad, el alivio puede ser relativamente rápido y significativo.