Todos trabajamos con un infinito poder, puesto que lo que está pasando en nuestra mente es lo que estamos atrayendo: somos como magnetos – lo semejante atrae a lo semejante – nos convertimos en lo que pensamos, nuestros pensamientos envían una energía magnética. Atraemos nuestros pensamientos dominantes.
“Todo lo que somos es un resultado de lo que hemos pensado” Buda.
A su vez, si estos pensamientos están anexados a emociones poderosas, ya sean buenas o malas, eso agiliza la acción, hace que se concreten más inmediatamente. Así es como aquellas personas que hablan y piensan sobre enfermedades, las atraen, y las que piensan en prosperidad, la consiguen.
Todo lo que tenemos en nuestra vida lo hemos atraído. Nuestros pensamientos causan nuestros sentimientos. Cualquier cosa que estemos sintiendo es un reflejo perfecto de lo que está en proceso de llegar a ser.
Creá una pantalla de visión, imaginá lo que deseas atraer, cada día miralo y metete en el estado de sensación imaginando que ya has adquirido ese deseo. Decide lo que deseas, creé que podés tenerlo, que lo mereces y que es posible.
ELIGE TUS PENSAMIENTOS CON CUIDADO, ERES UNA OBRA MAESTRA DE TU VIDA.
Sos la única persona que crea tu realidad, nadie puede pensar o sentir por vos. Cuando la voz y la visión del interior se torna más clara que las opiniones del exterior, en ese momento has logrado la maestría de tu vida.
Somos energía en masa, todo es energía. Nuestro cuerpo nos distrae de ella, no somos nuestro cuerpo, sino nuestro ser infinito conectado con el universo.
Somos un campo infinito de posibilidades a desarrollar.